Madurez
Convertirse en un equipo efectivo es un proceso que comienza con personas más o menos conscientes de pertenecer a un grupo. Al comienzo no hay un sistema reconocible pero poco a poco los acuerdos, las decisiones, los aprendizajes y la experiencia van conformando una forma de hacer, una manera de convivir y de trabajar.
Al ir madurando el equipo mejora, se hace más ágil, necesita menos para conseguir más y parecen funcionar con gran fluidez y sencillez, casi automáticamente.
Potencia
¡Cuando un equipo se cree imparable ya lo es!.
La creencia común de que somos eficaces, la sensación que juntos podemos abordar casi cualquier objetivo, y que aunque aparezcan obstáculo sabremos superarlos.
Identidad
Hay equipos en los que muchos desearían estar. Seguro que cualquiera de ellos tiene una fuerte identidad, es reconocible y muy importante para sus miembros. Porque en gran medida nuestra identidad se construye a través de los grupos en los que hemos vivido.
Sentirse parte de algo importante y sentirse importante es casi la misma cosa. Esta fuerte conexión entre la identidad personal y la del equipo ayuda y mucho a mantener la motivación y el compromiso individual.
Liderazgo
El liderazgo en un equipo puede estar concentrado en un «jefe» o ser compartido entre los miembros, aunque no haya un «jefe» formal el liderazgo evoluciona dentro del equipo.
De la amplísima gama de modelos se ha optado por los elementos clave para el desarrollo del equipo que se encuentran en el modelo de liderazgo Transformacional.