Las organizaciones quieren trabajar en equipo pero lo cierto es que están mejor diseñadas para el trabajo individual.
En las últimas décadas las organizaciones han creado políticas, herramientas y procesos de desarrollo de personas. Este esfuerzo les permite obtener el mejor resultado del talento interno y aumentar el valor de su capital humano.
En la mayoría de casos se ha dado mayor protagonismo al talento individual. Las grandes políticas y herramientas de RRHH se orientan a las personas individualmente: selección, descripción de puestos, evaluación del desempeño, formación, planes de carrera,… No hay un desarrollo al mismo nivel para los equipos y cuando lo hay, como en los incentivos, no siempre es satisfactorio.
Si tenemos las organizaciones diseñadas para el trabajo individual, esperar que luego las personas trabajen en equipo no es coherente.
Conseguir un diseño más adaptado al trabajo en equipo no es complicado. Se trata de tener en cuenta como debe diseñarse la tarea para que las personas necesiten trabajar en equipo. Además de evitar que las tareas exclusivamente individuales sean las únicas prioridades.
